FINGIR.
Esta palabra se ha vuelto mi vida ahora.
Excepto
2 personas y vosotros, nadie sabe que mi relación con N ha acabado.
Una es mi hermana, se lo conté por WhatsApp justo en el momento que
ocurrió y no hemos vuelto a hablar del tema. Y la otra es Sumn, mi
antigua compañera de juegos. Así que desde que me levanto hasta que
me acuesto, y a excepción de pocos momentos en que me quedo sola en
casa, finjo que nada ha pasado, que estoy como siempre.
Lo hago
por una simple razón; evitar que me pregunten y/o se pongan en modo
compasivo conmigo intentando animarme. Cuando se trata de malos
momentos no puedo consolarme con nadie más que conmigo misma. Ni
siquiera mis mejores amigas me ven llorar. Ni siquiera mi madre, o mi
hermana. Ni cuando se separaron mis padres, se murieron mis abuelos o
el mejor amigo de mi padre me metió mano a los 12 años. Con la
única persona que podía hacerlo, era mi Amo, y porque me acabé
acostumbrando, obviamente no iba a dejar que me encerrara en el
lavabo a llorar en silencio.
La
verdad es que me gustaba. Nunca antes había llorado mientras alguien
me abrazaba y acariciaba a modo de consuelo, y es algo que echo mucho
de menos ahora mismo: que el que era mi Amo me abrace y acaricie
mientras me dice que sea fuerte, que volveré a encontrar a alguien... Que no pasa nada.
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