Hoy escribo porque he cometido un error como sumisa. Uno que me persigue desde hace años, del que pensaba que me había deshecho a estas alturas, pero parece ser que no. Mi Amo quiere que lo escriba y aquí estoy.
Fue antes de ayer cuando mientras mi Amo y su compañero de piso trabajaban en casa se me antojó un Malibu con piña, así que lo compartí libremente y al parecer.. ¡A mi Amo también le gustan! Al recordárselo se le antojó a Él también. Me ofrecí voluntaria para ir a comprarlo, ¿Por qué no?
Hice uno para cada uno, ¡Qué rico estaba! Y luego otro más para mí y su compañero, mi Amo con uno estaba satisfecho. Y después hice dos más, porque de verdad, ¡Es tan fresquito y rico que me lo bebo como zumo! Sí, no tengo frenos.
B, su compañero, me dio su cubata sin apenas haber llegado a la mitad. Bueno, bueno, el Malibú no es que sea extremadamente fuerte -ni fuerte a secas- pero con los 4 que había bebido estaba con un puntillo muy guay.
A última hora se decidió ir a recoger en coche a Alpha, mi hermana de camada (¡Grr-ronroneo- me encanta decirlo de esta forma!), por un ‘’pequeño’’ problemilla que tuvo.
Hasta aquí todo bien, pero es ahora cuando meto la pata, y es que el mínimo puntillo de alcohol me provoca no pensar bien. Desde el anochecer llevaba mi vestidito de parvulario azul, mi preferido, junto con mis zapatitos de niña buena y mis calcetines con volante. ¡No podía sentirme más cómoda en él! Además, ir vestida de esa forma o con cualquier cosa que sea de baby, me hace sentir y acentúa mi comportamiento de niña.
Quería salir a por Alpha justo como iba vestida, me hacía ilusión. Peeeeero, a mi Amo no le gusta ese vestido y me dijo que no podía salir así, que cogiera otro de los que sí le gustaba. Insistí, insistí y seguí insistiendo. ¿Por qué, si sé de sobras que cuando mi Amo dice X no voy a hacerle cambiar de opinión? El alcohol, el ‘’papel’’ de niña y la ilusión que me hacía por salir con mi vestidito no me dejaron razonar.
Su compañero de piso, harto de escucharme dijo -Niña como no te calles te voy a dar dos hostias- A lo que respondí burlonamente -¡No puedes, sólo puede hacerlo mi Amo!-. Entonces mi Amo le dio permiso para hacerlo.
Dos hostias no me preocupan, ¡Pero maldito B!, él las da a lo bestia; no en el moflete, no, me da con toda la mano abierta llegando incluso hasta la oreja. Sientes cómo tu cerebro va de un lado a otro dejándote desorientada por unos segundos. Lo peor de todo es que me ordenó cerrar los ojos.
Segundo asalto:
-Perra, no tiembles.
‘’Huh, como si fuera tan fácil’’
¡Bum! Segunda hostia y de regalo una tercera del revés sin esperarmela.
Fui callada hasta el lavabo con los ojos llorosos y la cabeza como un mambo a cambiarme y llorar a escondidas. No solamente eran las hostias de B, era que a mi Amo no le gustaba ni mi vestido, ni mis zapatos, se burló de mí cuando compré mi chupete y biberón… Y en más de una ocasión me ha dicho ‘’Perra, es que a mí no me gustan los niños’’.
Al parecer el tiempo se fue volando y mi Amo me pilló llorando en el lavabo. Me preguntó qué me pasaba y lo que respondí fue -Es que no te gusto-. Él respondió que sí le gustaba, pero ese vestido en concreto no.
No creo realmente que yo no le guste nada de nada de nada, pero sí creía que el rollo little girl no le gustaba, y mis pruebas eran todo lo que he mencionado antes. En esos momentos, al menos yo, no estoy para especificar ni hablar tanto, de hecho odio que me pregunte y haga hablar cuando lloro.
Intentó tranquilizarme y nos fuimos a por Alpha.
He dicho ‘’intentó’’ porque como había sido algo que me dolía por dentro y de verdad creía, no logró que con unas palabras se olvidara y estuviera bien de repente.
No recuerdo bien el principio del trayecto, pero sí que la cabeza seguía doliéndome, y que seguramente hablaba lo mínimo. Lloré en algún momento más, aunque no recuerdo si fue porque mi Amo me preguntaba algo sobre el tema o simplemente no dejaba de darle vueltas a la cabeza. Recuerdo un abrazo tranquilizador y un beso también.
Al final se me pasó. Hablamos de lo que surgía durante el camino hasta que llegamos a casa de Alpha, y mientras le esperábamos saqué el tema de nuevo ahora que se me había pasado y podía expresarme y hablar sin problemas. Se solucionó. Comprendí que solamente era ese vestido en concreto, y esos zapatos, y que sí le gusto tanto yo, como mi ‘’yo-niña’’.
La parte que viene ahora me la saltaré porque no va con el tema que quiero explicar, y tampoco queremos que este texto se haga más largo de lo que ya va a ser. En todo caso os lo puede explicar Alpha que ella es la protagonista, y además recientemente se ha hecho Tumblr.
Seguimos...
A la vuelta todo cambió; el que estaba callado no era yo, sino mi Amo, aunque lo entiendo, tenía que pensar sobre qué hacer con Alpha -darle una oportunidad, o acabar lo que estábamos empezando-. No sé lo que se le estaría pasando por la cabeza, pero fuera lo que fuese, había cambiado su estado de ánimo. Estaba tan serio y concentrado que parecía totalmente ido.
Le pregunté en 3 ocasiones qué estaba pensando, y un par de veces que iba a hacer con Alpha, pero no me respondía, ni me hablaba en general. Solamente me contestaba preguntas tontas que no tenían nada que ver con el tema, y lo hacía muy serio.
Por fin llegamos a casa, eran las 4 o 5 am y todavía me dolía la cabeza, además de estar muy cansada. Me tomé un ibuprofeno y me tumbé en la cama. Cuando me desperté, tan fresca como una rosa, mi Amo seguía en el mismo plan que la noche anterior.
Al parecer yo también había hecho algo mal, aunque solamente me dijo ‘’no estoy acostumbrado a que dos personas me decepcionen al mismo tiempo’’ y no recordaba que hubiera hecho nada malo durante o a la vuelta de estar con Alpha. No pensé en el ‘’antes’’, porque después de habérseme pasado el momento emocional, estábamos bien. O eso creía…
En fin, sí fue por eso… Muchas veces me pasa igual, soy egoísta y no sé verlo. El insistir y estar pesadita se me olvida por completo y me centro únicamente en los tortazos que me dio B, y en que a mi Amo ‘’no le gusto’’, y paso a adoptar un papel victimista sin darme cuenta.
Estuve un buen rato de rodillas mientras mi Amo me hablaba del tema seriamente, y es que tiene razón. Al principio lo veía como ‘’vale sí, es cierto que me puse pesada y que merecía esas hostias , pero… Sé que no te gusta el ‘’baby girl’’ y yo tengo mucho de eso…’’, y entonces vuelvo a pensar en los momentos que tengo como prueba, pero a medida que iba avanzando me iba dando cuenta que sí es cierto, si no le gustara a mi Amo, no estaría con él, y lo sé -además de tenerme muy mimada-, que solamente pensé en mí esa noche, egoísta como muchas veces. Y me dolió. Me dolió porque llevo luchando contra ello años, y justamente por eso me abandonó en verano. Pensaba que ahora, después de más de medio año de esfuerzo lo tenía más superado de lo que realmente es.
Además la forma en la que me lo explico fue tan… Tan Él....
Me dejó sin palabras, y es que cuando me hacía entender la forma en la que había sido egoísta me explicó que aún dándome abrazos, preguntándome cómo estaba en cada semáforo e incluso basándome, seguía en mi línea de tristeza.
Tenía un vago recuerdo de un beso y un abrazo, pero le dije que no lo recordaba porque tampoco era nítido. Entonces sorprendido me explicó que si realmente no recordaba eso era porque veía normal ese trato que Él tenía hacia mí, el que me consolara y mimara de esa forma, como si eso tuviera que suceder así sí o sí. Y sí, es cierto, es egoísta. Tendría que haberlo valorado y no haberlo visto todo desde el punto ‘’oh, no le gusto a mi Amo’’ sin siquiera tener sentido. Y sí, también es cierto que veo natural que me trate de esa forma, como una mimada permanente, justo como he visto mil veces por gifs, vídeos e historias de personas con una relación DD/lg.
No podía odiarme ni sentirme más mal conmigo misma, pero toqué fondo y se me partió realmente el corazón cuando escuché que no estaba en su lista de ‘’personas altruistas’’, que no supero ni de lejos a sus dos mejores amigos.
...
…
…
Daría y haría todo lo que fuera por mi Amo.
Temí por mi collar, estaba convencida que me lo quitaría, pero no, sigo con él. Lo que sí ha hecho es darme instrucciones; llevar siempre escrito en el antebrazo EGO con rotulador. Pero no el mío, sino el suyo, SU EGO. Él, sólo Él, no yo.